Todo ser humano presenta una resistencia innata a la obediencia. la disciplina anula esa resistencia y, mediante la constante repetición, hace de la obediencia algo habitual e inconsciente.
Todo ser humano presenta una resistencia innata a la obediencia. la disciplina anula esa resistencia y, mediante la constante repetición, hace de la obediencia algo habitual e inconsciente.
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